PARTICIPACIÓN EN LOS CUIDADOS
Alimentación del bebé
Lactancia materna: información general
Durante tu estancia en el hospital, recibirás orientación especializada para que la lactancia sea un éxito. Se recomienda la leche materna como primera opción para alimentar a tu bebé. Sin embargo, elijas lo que elijas, lactancia materna, alimentación con fórmula o alimentación mixta, todas las opciones son buenas.
Ventajas de la lactancia materna para tu bebé
No hay ninguna desventaja para que tu bebé reciba lactancia materna.
Ventajas de la lactancia materna para la madre

Algunas cuestiones a considerar por una madre podrían ser:

Lactancia materna: consejos y recomendaciones generales

¡La lactancia materna debe ser una experiencia agradable y especial para la madre y el bebé! Es el alimento recomendado por la OMS y las sociedades científicas hasta los 6 meses de edad y posteriormente complementado con otros alimentos si así lo deciden la madre y el recién nacido. A continuación te damos algunos consejos.
Consejos sobre alimentación y bebida: Si das el pecho, estás consumiendo energía extra. Es importante llevar una dieta sana y variada. Se recomienda consumir alimentos ricos en Omega 3 como pescados pequeños o frutos secos, así como beber abundante agua, al menos 2 litros al día. Si bebes poco notarás que tu boca está más seca de lo normal y la orina de tu bebé será más oscura.
No se recomienda beber alcohol ni consumir drogas pues pasan rápidamente al bebé a través de la leche materna. Las bebidas con cafeína pueden aumentar la irritabilidad de tu bebé, por lo que se aconseja beberlas con moderación.

Amamantamiento
Si las circunstancias lo permiten, es muy bonito tener a tu bebé piel con piel después del parto y recuperaros juntos. Muchos bebés lloran al principio pero luego comienzan a buscar el pecho de su madre. En la primera hora después del nacimiento, el bebé estará tranquilo y alerta, el reflejo de succión es más fuerte en ese momento. Si te administraron analgésicos durante el parto, puede tardar algo más de tiempo antes de que el bebé esté lo suficientemente alerta. El tiempo que estaréis en la sala de partos es variable y dependerá del estado general del bebé y de la madre.

Puntos de atención para la lactancia:

La forma ideal de lactancia es la lactancia a demanda. En muchos bebés prematuros o recién nacidos enfermos esto no es factible al principio y seguirán las pautas de alimentación establecidas por su médico. La enfermera/auxiliar te pueden ayudar con la lactancia en cualquier momento. Además, disponemos de una asesora de lactancia a la que consultar. La frecuencia y duración de cada toma es muy variable. Si estás mucho tiempo junto a tu bebé, aprenderás a identificar cuándo tiene hambre y quiere mamar. Durante las primeras semanas, tu bebé necesitará realizar 8-12 tomas al día. Puedes ofrecerle ambos pechos en cada toma. Cada vez, ofrece primero el pecho con el que acabaste la anterior toma y luego ofrece el segundo pecho. De esta forma, estimularás ambos pechos por igual. Puede ocurrir que el bebé ya esté satisfecho después del primer pecho y no quiera el segundo pecho. En ese caso, no pasa nada porque mame sólo de un pecho.
Algunos bebés no succionan bien el pecho las primeras veces. A menudo, solo lamen o cogen el pezón. Esto también estimula la producción de leche pero si esto ocurre, no dudes en consultarnos.
Ver también el apartado “Aprendiendo a comer”.
Lactancia materna si tu bebé es muy inmaduro o está enfermo
En ocasiones si tu bebé está ingresado en el Servicio de Neonatología puede no ser posible el amamantamiento directo debido a la gravedad de tu bebé o a su inmadurez. Hasta que pueda ponerse directamente al pecho te recomendamos que empieces a estimular la producción de leche mediante la extracción manual o el uso de sacaleches.
Si tu bebé está ingresado en el Servicio de Neonatología y aún no puedes cogerle, el amamantamiento será posible cuando tu bebé esté mejor.
Alimentación suplementaria
La alimentación suplementaria es toda la nutrición que recibe tu bebé además de la lactancia materna. La nutrición ideal es el amamantamiento pero si tu bebé todavía no está preparado es importante que comiences a extraerte la leche. Tu leche se puede dar a tu bebé con biberón, dedo-jeringa, vaso o sonda, según sus necesidades. Es importante ofrecerle el pecho a tu bebé tan pronto como la situación lo permita. El pediatra te explicará qué alimentación va a recibir tu bebé y juntos podréis decidir cuándo parece ser el mejor momento para iniciar el amamantamiento. Si tu bebé necesita más leche de la que puedes darle o extraerte, tomará leche materna donada si está indicado o leche de fórmula.

extracción
Si tu bebé recibe alimentación suplementaria, es importante que comiences a extraer leche además de coger al bebé. Así, estimularás tus pechos y, con ello, la producción de leche.
Extracción y mantenimiento de la leche materna
EXTRACCIÓN
Si todo va bien y tu bebé se está alimentando bien del pecho, no es necesario un sacaleches. Sin embargo, puede haber razones por las que es necesario extraer la leche materna, algunas de ellas pueden ser:

En el mercado hay una gran variedad de sacaleches, puedes comprarlo o alquilarlo. En el hospital disponemos de sacaleches de doble bomba eléctrica a tu disposición. No obstante, si tienes uno diferente y prefieres utilizarlo, puedes hacerlo sin problema.
¿Cuándo empezar y con qué frecuencia?
Es importante que comiences con la extracción de la leche tan pronto como sea posible, preferiblemente en las primeras 2 horas tras el parto. El inicio precoz de la extracción de leche después del parto favorece su producción y duración. En las primeras 48 horas tras el parto, la extracción del calostro será más efectiva si se realiza manualmente, y se recoge con una jeringa o cuchara, ya que es un material escaso y viscoso. Una vez se ha producido la subida de leche, se puede continuar con la extracción manual o con sacaleches. La extracción de calostro debe de repetirse unas cinco veces al día. Posteriormente, con una lactancia ya establecida, se pueden descansar por la noche unas 5-6 horas, y extraerse la leche durante el día al menos 8 veces. Al final de la toma o extracción se concentra la grasa de la leche; por ello se recomienda vaciar por completo el pecho y extraer la leche hasta dos minutos después de observar las últimas gotas (unos 10-15 minutos en total).
Conservación de la leche materna
Mientras estés en el hospital, la leche extraída se entregará en Lacto-dietética, entre las 8:00 am y las 6:00 pm, donde te proporcionarán biberones higienizados y etiquetas con el código de barras y la información adicional de tu bebé. Si la extracción la realizas fuera de ese horario, entrégaselo a la enfermera o auxiliar responsables de tu bebé para que la guarden.
Los recipientes deberán etiquetarse con el día y hora de la extracción. El transporte de la leche de casa al hospital se hará sin romper la cadena de frío. Para ello, se usarán neveras portátiles diseñadas para tal fin con enfriadores o bloques de hielo.
La leche materna extraída en casa se puede conservar en el frigorífico (no en la puerta) durante 24 horas o congelarse para uso posterior, dentro de las primeras 24 horas de la primera extracción. La leche congelada puede durar entre 3-6 meses dependiendo del tipo de congelador utilizado. Después de descongelar, la leche debe consumirse en 24 horas, y nunca volver a congelar.
Leche materna donada
Cuando no hay suficiente leche materna propia, o no se puede dar lactancia materna por cualquier circunstancia, se recomienda ofrecer leche materna donada a los pacientes más vulnerables. La leche materna donada mantiene muchas de las ventajas descritas para la lactancia materna, entre ellas la reducción del riesgo de enterocolitis necrotizante y la infección hospitalaria, además de acortar la hospitalización. Las unidades que disponen de leche materna donada tienen, además, tasas de lactancia propia más elevadas.
Las donantes son madres que tienen un excedente de leche y deciden, de manera altruista, donarla para pacientes de riesgo. Se realizan controles de salud en las madres, y la leche se procesa mediante pasteurización, para conseguir un producto de calidad y seguro.
La leche materna donada no está disponible para todos los recién nacidos. Está indicada sólo para aquellos bebés más vulnerables como los prematuros menores de 1500g o menores de 32 semanas, y recién nacidos enfermos por diferentes patologías. Siempre se solicita un consentimiento informado firmado por los padres previo a la alimentación con leche materna donada. Si estás interesada en donar tu leche, no dudes en preguntar a cualquier profesional. Te pondremos en contacto con nuestro banco de leche para que puedas recibir toda la información necesaria para donar tu leche. Aquí puedes consultar la página del banco regional de leche de nuestro hospital: https://www.comunidad.madrid/hospital/lapaz/ciudadanos/banco-leche
Alimentación con leche de fórmula
Después de pensarlo detenidamente y de haber recibido la información al respecto y haber tenido la oportunidad de conversar con tu médico sobre las opciones de alimentación de tu bebé, puedes tomar la decisión de darle a tu bebé leche materna o fórmula o, incluso, ambas (lactancia mixta).
Si por determinadas circunstancias no puedes o no quieres dar el pecho, la leche de fórmula es una alternativa. Puedes pedir ayuda profesional tanto para la lactancia materna como para la alimentación con fórmula. La leche de fórmula puede ser diferente si va dirigida a un recién nacido prematuro o a término. En el servicio se utilizan biberones de cristal y tetinas desechables. Según la edad de tu bebé y sus habilidades para realizar una toma, a veces, se puede recomendar un biberón con una tetina diferente para facilitar su alimentación. Antes de comprar un biberón pregunta sobre ello en el hospital. Después de recibir el alta, puedes cambiar a otra leche de fórmula a menos que el médico le haya recetado una nutrición especial. Antes de iros a casa, habla con un profesional sobre cómo preparar la leche de fórmula en casa. Ver también “Consejos para casa”.

Aprendiendo a comer
Los recién nacidos prematuros y bebés enfermos necesitan tiempo para aprender a alimentarse. Este proceso puede tardar semanas desde el nacimiento. Una buena coordinación succión-deglución-respiración es importante para que el bebé pueda realizar bien y con seguridad una toma al pecho o con biberón. Cuando sea el momento de empezar a alimentarlo por boca, habrá que valorar cuál es la mejor opción en ese momento. Se empezará con pecho siempre que sea posible y se buscarán otras alternativas si fueran necesarias como la alimentación dedo-jeringa, cánula, vasito o biberón. Hay veces que un mismo bebé utilizará diferentes métodos para su alimentación. Esto también dependerá de cada bebé y de su situación clínica.
En las primeras semanas de vida, los bebés tienen el reflejo de succión que se desencadena cuando el bebé entra en contacto con el pezón o chupete. Si quieres amamantar, empieza primero a poner a tu bebé al pecho y luego, si lo necesita, continúa con el biberón. Esto será un proceso lento y progresivo pero poco a poco tu bebé se irá entrenando para ser capaz de comer todo por boca.
Si no es posible amamantar, se puede ofrecer la leche de la propia madre extraída, leche materna donada o fórmula. La leche donada tiene indicaciones específicas. Pregúntale a tu médico acerca de esto.
Lo ideal sería una lactancia a demanda, intentando que la alimentación sea en respuesta a las señales del bebé. Sin embargo, en los bebés hospitalizados y sin autonomía para la alimentación oral, mantenemos un horario de alimentación fijo, cada tres horas como norma general. Hay bebés que necesitan hacer tomas cada dos horas. En algunos casos, en niños que ya toman pecho, se puede valorar tomar a demanda o semi-demanda.
Los diferentes profesionales te podrán ayudar con la alimentación de tu bebé. Si el médico considera necesario, también podrá ser valorado por el logopeda, verá cómo realiza una toma tu bebé, y así poder mejorarla.
Condiciones para la alimentación por boca
El momento de inicio de la alimentación por boca depende de la madurez fisiológica y su condición clínica. Un bebé tiene que estar despierto y alerta para poder realizar una toma por sí mismo. Si tu bebé acaba de empezar a tomar por boca no es necesario despertarlo antes de cada toma. Es normal que intente tomar por boca sólo 1 o 2 veces al día.
Hay que encontrar una manera suave de despertar a tu bebé, por ejemplo, aprovecha a cambiarle el pañal antes de la toma. Si tu bebé sigue durmiendo después de haberle cambiado el pañal, a lo mejor no es el momento adecuado para iniciar la toma. Evita estimular innecesariamente a tu bebé para que succione o se mantenga despierto. Si tu bebé se duerme o está cansado, no es el mejor momento de realizar la toma. Al dejar que descanse, tendrá más energía para la próxima toma.
Alimentación corta pero adecuada
Al principio, tu bebé se cansará rápidamente y no realizará una toma larga. Si está bien despierto y muestra signos de querer comer, es un buen momento para intentarlo. Podremos notar que sus puños están ligeramente cerrados y las piernas y brazos flexionados. Eso demuestra un tono muscular adecuado para realizar una toma. Si por el contrario, tiene las manos muy abiertas y los brazos y piernas “colgando”, significa que está demasiado tranquilo y relajado para afrontar el esfuerzo que supone hacer una toma.
Es más importante que tu bebé se sienta cómodo a la hora de comer y tenga una buena coordinación que la duración y la cantidad de la toma que realice. Se necesita un lugar tranquilo con luz agradable, y que el bebé esté abrigado para que no sienta frío. El tiempo que un recién nacido está dispuesto o es capaz de comer depende de su edad y salud, pero generalmente no será más de 30 minutos.
Señales de hambre
Un bebé está listo para alimentarse si muestra reflejos de búsqueda. Puedes reconocer esto acariciando suavemente su mejilla hacia su boca o acariciando sus labios. Espera en el medio de su boca para ver su respuesta. Tu bebé abrirá la boca y empezará a succionar. Es importante dejar que reaccione a este reflejo por sí mismo. De esta manera, aprende que un pezón o tetina no se lleva a la boca al azar, sino que es el resultado de su propia reacción.
Los distintos profesionales te ayudarán a reconocer las señales de hambre de tu bebé. Del mismo modo, durante y después de comer, tu bebé dará señales sobre cómo se siente con respecto a la toma. Al observar estos signos juntos, aprenderás cómo puedes ayudarle a continuar con la toma o darle un descanso. Se necesita suficiente tiempo entre las tomas para asegurarse de que el bebé realmente sienta un poco de hambre y se recupere del esfuerzo realizado durante la toma.

Regulación del flujo de leche

Nunca obligues a tu bebé a realizar una toma por boca, deja que él mismo indique cuándo y cuánto quiere tomar. Es importante que tu bebé pueda controlar la cantidad de leche (flujo) que sale del pecho o del biberón. Puedes ayudar a reducir la presión adicional en tu pecho extrayéndote leche antes de comenzar a amamantar. Al ajustar la forma de tu pecho con la mano (agarre en C o U), puede engancharse más fácilmente.
Consejos con el biberón: si le das biberón, puedes elegir entre varios tipos y tamaños de tetinas. Si tu bebé todavía tiene dificultades con la coordinación succión-deglución-respiración no debería salir demasiado flujo de la tetina de una sola vez. Necesitará una tetina de bajo flujo o una tetina especial para bebés prematuros. Pregunta a la enfermera o auxiliar, podrán ayudarte a elegir la tetina correcta.
Posicionamiento durante la alimentación
La toma se puede realizar en diferentes posiciones. Es importante que el cuello y la espalda de tu bebé estén alineados. Eso hace que realizar la toma sea más fácil y podrá mantener una mejor coordinación. A veces es necesario ajustar la posición para ayudar al bebé a comer. Los bebés prematuros tienen cierto grado de hipotonía de los músculos del cuello, por lo que es importante ayudarles con la postura al amamantar, bien sentados sujetando por detrás el cuello. Junto a una enfermera o asesora de lactancia busca la posición que más le convenga: boca arriba, de lado y/o con el uso de una almohada de lactancia. Siempre es bueno mantener el contacto visual con tu bebé.

Estimulación sensoriomotriz orofacial (ESMO)
Los bebés hospitalizados en el Servicio de Neonatología pueden presentar falta de coordinación en los órganos implicados en el proceso de deglución, normalmente relacionados con la inmadurez y consecuentemente, retraso del desarrollo motor, o por una desorganización de los procesos de succión-deglución-respiración. Esto se traduce en dificultades para la alimentación. En estos pacientes es fundamental la ESMO como forma de prevenir o paliar estos problemas. La ESMO entrena a los recién nacidos para que se alimenten antes por boca y consigan tomar, de forma más precoz, mayores cantidades de leche. Los padres pueden realizar esta ESMO con seguridad tras un entrenamiento adecuado.
La estimulación sensorio-motriz orofacial (ESMO) es aquélla que, a través de ejercicios o masajes, estimula la cavidad oral del recién nacido. Su finalidad es favorecer, optimizar o mejorar la función motora de los músculos de la cara y boca para lograr que el recién nacido consiga un proceso de succión-deglución adecuado y funcional, y alcanzar una buena coordinación de la función respiratoria con la función deglutoria.
La función de alimentación
El sistema orofacial es responsable de las funciones de respiración, succión, deglución, habla y fonación. La progresión de la alimentación oral tiene varias fases:
Durante la succión, cada estructura oral desempeña un papel específico que
garantiza una función adecuada

Alteración funcional sensorio-motora-oral
Si tu bebé tiene problemas motores que afectan a la motilidad de la cara y la boca, utilizará los recursos sensoriales y motores de los que dispone, lo cual puede reforzar patrones de movimiento anómalos ya existentes.
Los síntomas que nos pueden hacer sospechar una deglución alterada en un bebé son:
La zona perioral es la zona de la cara que está alrededor de la boca y en la que se van a movilizar músculos muy importantes para el desarrollo adecuado de la succión y posterior masticación. Los ejercicios que se pueden realizar son:
Los ejercicios de la zona intraoral son aquellos que se llevan a cabo dentro de la cavidad bucal del recién nacido y son más invasivos. Con estos ejercicios favorecemos que mejore la movilidad de la lengua, y su coordinación con otras estructuras implicadas en el proceso de deglución, como el paladar (velo del paladar).
Succión no nutritiva

La succión no nutritiva (SNN) se utiliza durante la alimentación por sonda nasogástrica, tanto en recién nacidos prematuros como en bebés que necesitan un aprendizaje previo por cualquier otro motivo. Su objetivo es facilitar el desarrollo y la maduración de la succión y mejorar la digestión de la alimentación. La SNN puede iniciarse en el momento en que el bebé esté estable, con independencia de su madurez.
La SNN precede a la succión nutritiva y se caracteriza por ráfagas de succión más cortas. La SNN es beneficiosa para el recién nacido, ya que contribuye a la estabilidad fisiológica, consiguiendo unos niveles de oxigenación y frecuencia cardíaca más estables en tanto se va consiguiendo la maduración de los reflejos para la alimentación. Acorta el tiempo de transición de la alimentación por sonda a la alimentación oral.
A otro nivel, la SNN es beneficiosa para el alivio del dolor, inducir la calma y el autoconsuelo, facilitando la regulación en los estados de alerta y mayor duración del estado de sueño. La SNN puede hacerse al pecho, recién extraída la leche, estando en piel con piel. En ausencia de la madre, se recomienda practicar SNN con chupete, sin forzar.
Alimentación por sonda
Si tu bebé todavía no es capaz de realizar todas las tomas completas por boca, necesitará alimentarse a través de una sonda de alimentación. Una sonda de alimentación es un pequeño tubo flexible que se inserta a través de la nariz o la boca y llega al estómago. Su uso para la alimentación es habitual en prematuros o en bebés que han estado muy enfermos. Ellos todavía no presentan reflejo de succión o es muy débil e ineficaz. A continuación puedes leer más acerca de la alimentación por sonda dependiendo de la edad gestacional. Recuerda, cada recién nacido es diferente.
24-35 semanas: tu bebé tendrá una sonda para su alimentación. En los primeros días de vida, necesitará también nutrición parenteral o un suero intravenoso para administrar glucosa ya que el sistema digestivo aún no se ha desarrollado lo suficiente.
A partir de las 33-34 semanas comienza el reflejo de succión y deglución. Dependiendo de la situación clínica de tu bebé, se podrá valorar el inicio de su alimentación por boca.
La sonda nasogástrica también se utiliza para liberar aire del estómago cuando tu bebé tiene soporte respiratorio o para medir la cantidad de leche que le queda en el estómago de la toma anterior (medición de “restos”). La inserción de la sonda puede ser molesta pero, una vez esté colocada en su lugar, tu bebé se quedará tranquilo. Puedes ayudar a la enfermera durante el procedimiento, así tu bebé notará tu presencia.
Queremos involucrar a los padres tanto como sea posible en el cuidado de su bebé, también en la alimentación por sonda, si los padres lo desean. La enfermera te ayudará con esto. Observarás a la enfermera mientras le da alimentación por sonda. Después de eso, le darás la alimentación por sonda con ayuda y, finalmente, podrás hacerlo tú solo/a. Antes de que los padres puedan dar alimentación por sonda, la enfermera siempre verificará si la sonda está en el lugar correcto. Observarás a la enfermera/auxiliar.
Tipos de administración de la leche a través de la sonda
Consiste en la administración de leche que cargamos en una jeringa y se conecta a la sonda que tiene el bebé. El ritmo de entrada en el tubo digestivo depende de la gravedad, facilitada por la altura de la columna líquida. Únicamente se introducirá en la jeringa la cantidad de leche pautada en cada toma, previamente calentada a la temperatura deseada. Seguidamente, despinzaremos la sonda. La punta de la jeringa deberá permanecer a la altura de la comisura de la boca del bebé, o un máximo de 10 cm por encima del estómago. Podría ser necesario forzar el flujo un poco al comienzo.
Algunos recién nacidos no toleran un volumen creciente de leche administrado en un espacio corto de tiempo. Por ello, la solución es ralentizar el ritmo de entrada de leche en el estómago, y hacerlo de forma controlada a un ritmo constante. Para esto se utilizan bombas de infusión de alimento, que se programan para entregar la cantidad requerida en la unidad de tiempo deseada. El procedimiento es el siguiente:
La gastrostomía endoscópica percutánea (GEP) consiste en la colocación de una sonda o tubo en el estómago a través de la pared abdominal mediante endoscopia. Se usa en pacientes cuyo esófago no es funcionante por diferentes causas. La infusión del alimento a través de la sonda de gastrostomía se puede realizar mediante bomba o jeringa.

Cuando la jeringa esté vacía, se debe limpiar la sonda con agua bidestilada. Después de alimentar al bebé, generalmente cerraremos la sonda con el tapón. Si su médico lo prescribe, mantendremos la sonda en chimenea, es decir, colgada a unos 10 cm del mismo plano en el que yace el bebé, sin el émbolo, para favorecer la salida de aire del tubo digestivo.
Es difícil predecir cuánto tiempo necesitará alimentación por sonda un bebé. A medida que vaya creciendo, tu bebé mantendrá más la atención, tendrá mayor energía y un adecuado reflejo de succión y coordinará la succión-deglución-respiración. Todo ello, mientras mantiene la estabilidad fisiológica durante la toma. Una vez sea capaz de conseguirlo, se retirará la sonda tras 24-48 horas de haber completado todas las tomas por boca.
Algunos bebés necesitan ir más despacio con la alimentación siendo este el único motivo que les mantiene ingresados. En este caso, y valorando siempre de manera individual a cada bebé, podrá irse a casa con la sonda para continuar con su aprendizaje. Para ello, los padres debéis estar formados en todos los aspectos relacionados con la nutrición de vuestro bebé.
Cuidados de la sonda
A menudo, algunos padres se sienten incómodos por la presencia de una sonda en su bebé. Es importante la colaboración de los padres en el correcto mantenimiento y uso de la sonda. Será necesario que revises regularmente la piel de la nariz y de la cara de tu bebé para evitar que se produzcan lesiones cutáneas. La zona que rodea la nariz deberá estar limpia y seca. Además, deberás asegurarte que se limpia la boca del recién nacido con regularidad si todavía no realiza tomas por boca.
Hay que vigilar la correcta posición de la sonda (ver si se encuentra a la distancia que le corresponde), así como su fijación. Esto minimizará posibles efectos secundarios del uso de la sonda.
Otras técnicas de alimentación
La elección del método para suplementar depende de las circunstancias y preferencias madre/padre-bebé, sin existir evidencias que justifiquen un método u otro: dedo-jeringa, jeringa, biberón, vasito, cucharita o relactador. El biberón es uno de los métodos más utilizados pero puede interferir en la alimentación al pecho, por lo que se recomiendan otras estrategias.
La técnica dedo-jeringa consiste en introducir dentro de la boca del bebé un dedo limpio (si la técnica la realiza el personal sanitario se debería utilizar guantes) de forma que se haga una ligera palanca, apoyando el dedo en la zona superior de la boca y desplazando la mandíbula inferior hacia abajo. Nunca hay que forzar la entrada del dedo en la boca, sino que debemos estimular la zona para que sea el bebé quien la abra. Conviene verificar que la posición de labios y lengua sea la correcta. Habitualmente el bebé empezará a succionar el dedo en posición correcta, colocará la lengua debajo del dedo y lo succionará haciendo presión hacia arriba, con los labios bien evertidos. No sobrepasaremos nunca el primer tercio de la lengua con el dedo.
A continuación, con la otra mano se apoya el cono de la jeringa sobre el labio inferior del bebé en el hueco entre el dedo y la comisura de la boca. Con el vacío que ejerce el bebé con la succión lentamente se va vertiendo la leche, de modo que va comiendo mientras sigue succionando el dedo.
Este sistema de alimentación es muy rápido y eficaz. Para realizar la técnica se necesitan las dos manos, por lo que es muy difícil hacerlo y sujetar al bebé al mismo tiempo. O bien se hace entre dos personas, una que sujeta al bebé y otra que lo alimenta, o bien hay que apoyar previamente al bebé sobre una superficie inclinada (sobre cojines, colchón de lactancia, etc.), manteniendo todo su cuerpo bien apoyado y seguro. Es un buen sistema para entrenar la succión.
El relactador es un recipiente que contiene leche, que la madre se cuelga alrededor del cuello y del cual, a través de una válvula, salen una o dos tubos o sondas que se adhieren a cada seno, llegando al pezón. Los tubos son pequeños y suaves y pasan desapercibidos para el bebé.
Está especialmente indicado en bebés reacios a succionar o con una succión débil, para que se enganchen al pecho, ya que con relactador el alimento fluye más rápidamente y en mayor cantidad que si únicamente mamaran. Como el bebé toma la leche del relactador al mismo tiempo que mama, se consigue estimular la producción de leche de la madre y se evitan problemas de confusión de succión.
Nutrición parental
La nutrición parenteral es un método de alimentación que no pasa por el tubo digestivo. Este tipo de alimentación suministra una mezcla de líquidos, electrolitos, azúcares, proteínas, vitaminas, minerales y grasas en una vena del bebé. Está indicada en cualquier recién nacido en el que la alimentación enteral no sea posible, o sea inconveniente o arriesgada, debido a malformaciones, a enfermedades o a la propia inmadurez.
Para este tipo de alimentación, se utilizan bolsas y tubos de infusión parcialmente opacos para minimizar la exposición a la luz y evitar el daño de su contenido. Se necesita una bomba de infusión del alimento que permite programar el volumen total diario y el ritmo de infusión constante prescritos.
Balance diario
En los recién nacidos prematuros y enfermos es muy importante que controlemos todos los líquidos que damos (por ejemplo leche o medicación) y las pérdidas que tienen (por ejemplo orina y heces). Puedes ayudar a valorar el balance de tu bebé pesando los pañales o comprobando la cantidad de nutrición que recibe. El peso diario de tu bebé también es fundamental para controlar su balance diario.

Chupete
Hay tres tamaños de chupetes para bebés prematuros. Para más información te remitimos a los distintos tipos de chupetes para bebés prematuros:
Exclusivo para uso en hospitales, es el primer chupete diseñado expresamente para ser utilizado en bebés de peso muy bajo al nacer. Está modelado según el tamaño y la forma del dedo pulgar del prematuro para facilitar los comportamientos de succión que normalmente se aprenden en el útero. Se recomienda su uso hasta 1250g.
Está diseñado para prematuros de entre 30 y 34 semanas de gestación, para ser utilizados durante su estancia en el hospital.
Diseñado para recién nacidos y bebés de más de 34 semanas de gestación, sin dientes, que se alimentan con éxito con lactancia materna o mediante biberón. Se debe proceder a la transición al chupete Soothie antes del alta.
Si lo deseas, puedes traer tu propio chupete, consulta primero cuál es la mejor opción para tu bebé. Es bueno que un bebé prematuro practique la succión no nutritiva, preferiblemente poniéndole al pecho vacío. Si la madre no está presente, puede practicar la succión nutritiva con un chupete. Además, chupar un chupete junto con un poco de agua azucarada (sacarosa) puede aliviar el dolor y/o el estrés durante cualquier procedimiento doloroso. Hay que tener en cuenta, que se debe cambiar de tamaño en el momento oportuno para estimular el desarrollo de la mandíbula. Si la madre está presente y quiere amamantar, puede usar el pezón en lugar del chupete para los elementos anteriores.
Se recomienda hervir el chupete una vez al día. Si se cae el chupete, esto debe hacerse con más frecuencia.
Problemas con la lactancia
Puede ser que surjan problemas durante la lactancia. Es bueno que conozcas cómo actuar frente a diferentes complicaciones:
Hay dos tipos diferentes de ingurgitación, fisiológica o patológica. La ingurgitación fisiológica es un efecto secundario al inicio de la producción de leche, es una buena señal. Suele ocurrir alrededor del tercer al quinto día. El aumento de la actividad de las glándulas mamarias provoca un aumento de la llegada de sangre y la actividad linfática en los senos. Por lo general, esto produce una ligera retención de líquidos que se traduce en que los pechos están más duros y se notan más llenos y calientes. Además, los vasos sanguíneos de la piel se vuelven visibles. La temperatura corporal puede ser ligeramente superior. Es importante dar de mamar a tu bebé regularmente, al menos cada 3 horas. A veces, los pechos están tan turgentes que tu bebé tendrá dificultad para engancharse y mamar. Para ayudarle, puedes extraerte leche de forma manual o con un sacaleches antes de que el bebé se enganche, así será más fácil. Pide ayuda si no funciona. Es importante durante todo el período de lactancia, pero especialmente durante los primeros días, asegurarte de usar ropa ajustada pero no apretada. Si usas ropa muy apretada, se pueden bloquear fácilmente los conductos de leche generando una obstrucción.
La ingurgitación patológica puede tener 2 causas:
Durante los primeros días puedes tener dolor en los pezones. Si tu bebé se engancha bien, el pezón está protegido entre la lengua y la parte posterior del paladar. A veces duele un poco al principio del enganche pero, normalmente, este dolor desaparecerá rápidamente. El dolor mantenido no es normal durante la lactancia. Si te ocurre, deja que un profesional le eche un vistazo y te aconseje. La causa del dolor y los pezones agrietados a menudo se debe a un mal enganche, lo que provoca fricción en el lugar equivocado del pecho. La irritación de la piel por uso de cremas, las almohadillas de lactancia, el jabón o la presencia de candidiasis (una infección por hongos en la boca de tu bebé o en los pezones de la madre) también pueden ser una causa, pero no suele ocurrir en la etapa inicial. Estas son las causas de los problemas que ocurren en una etapa posterior.
Consejos para pezones doloridos y agrietados: un enganche adecuado es la clave para un amamantamiento exitoso. En caso de que tengas pezones agrietados o doloridos, aquí tienes algunos consejos:
También puedes continuar amamantando con los pezones agrietados, incluso si estos sangran. Esto no supone un daño a tu bebé, sin embargo, podría regurgitar un poco de sangre, no te asustes si eso ocurre. Después de amamantar, aplica algunas gotas de leche sobre el pezón (si no tiene candidiasis) y deja que se seque. Esto ayuda a proteger los pezones. Si tienes los pezones agrietados y muy doloridos, en algunas tomas puedes extraerte la leche en vez de amamantar directamente a tu bebé. La extracción no debería ser dolorosa. Ten en cuenta la potencia que usas en el sacaleches para la extracción. Si notas dolor en el pecho, puede ser que estés usando una potencia demasiado alta. Eso, además, puede causar daño en el tejido glandular mamario. Si tienes bultos duros en el pecho, también pueden molestar durante el amamantamiento o la extracción. Trata siempre de masajear las áreas duras mientras extraes leche. El masaje debe realizarse hacia el pezón. El uso temporal de una pezonera también puede aliviarte.
Una zona dura y dolorida en el pecho, que no desaparece después de amamantar, puede indicar una obstrucción en algún conducto de leche o una posible infección mamaria (mastitis). Una obstrucción del conducto de leche se debe al vaciado incompleto del pecho. La leche se acumula en el pecho provocando inflamación en esa zona. Si esta obstrucción no se soluciona, puede evolucionar a una infección mamaria. Las posibles causas de la obstrucción pueden ser: extracción ineficaz por un mal enganche, uso de un sujetador muy ajustado o dormir boca abajo, agotamiento o heridas en la boca de tu bebé.
Consejos para zonas de obstrucción:
Tener demasiada leche no parece un problema, pero puede llegar a ser muy molesto tanto para la madre como para el bebé. Puede haber diferentes causas para producir demasiada leche (también conocida como sobreproducción de leche). Pregúntale a la enfermera o asesora de lactancia sobre qué puedes hacer.
No tener suficiente leche es un problema que experimentan muchas madres. Las causas pueden variar, tanto en la madre como en el bebé. Pregúntale a la enfermera o al especialista en lactancia qué puedes hacer. Puedes leer más en el apartado Extracción y mantenimiento de la leche.
Habilidades de alimentación
Lactancia materna


