Duelo

Autocuidado de las familias

duelo

El proceso del duelo es un proceso psicológico mundial asociado a la pérdida de algo o alguien querido.

Partiremos de que cada duelo es único e intransferible y tendrá que ver con las experiencias previas de pérdida.

Qué es el duelo

Nadie sabe cómo reaccionar ante la pérdida, hasta que la vive. Es en este momento cuando surge una avalancha de sentimientos y reacciones emocionales y físicas que nos cuesta entender.

El duelo será vivido también por los demás miembros de la familia: abuelos/as, hermanos/as, amigos/as cercanos/as, etc., con la singularidad de cada uno/a, siendo las reacciones distintas en su expresión e intensidad.

El duelo es un proceso único que cada persona vive de una manera diferente y la realidad es que no hay una manera correcta de superarlo, todo dependerá del momento vital de la persona y de los apoyos recibidos, entre otros factores. 

Buscar una respuesta de lo que ha ocurrido, o buscar culpables de la muerte son maneras de desplazar el dolor. Aunque esto no lleva a ninguna parte, es un proceso por el que es necesario pasar igualmente.

Es importante poder expresar abiertamente estos sentimientos de enfado y culpa con personas de tu entorno. No tengas miedo en pedir ayuda. Poner palabras a lo que estás pasando ayudará a mitigar tu dolor. 

Durante el proceso de duelo es posible que, gente de tu entorno que quiera ayudarte o tú mismo, penséis que es conveniente hacer cambios en tu vida, como tirar las cosas de tu ser querido o cambiar de casa. No tomes decisiones de manera prematura, es posible que todavía no estés preparado/a.

A menudo, se dice que las personas que pasan por el duelo están sufriendo una depresión. Depresión y duelo son dos cosas diferentes. El duelo es un proceso natural y normal en el cual el dolor va disminuyendo poco a poco; en cambio, la depresión es una enfermedad que necesita ser tratada por profesionales y para la que puede ser necesario recetar medicación. Tomar medicación específica para la depresión durante el proceso de duelo es un error, aunque es posible que el médico recete ansiolíticos para favorecer el sueño y descanso. 

La pérdida de un hijo/a se convierte en algo emocional y racionalmente inadmisible. En la sociedad actual es tratado como un duelo no autorizado a ser vivido. En ocasiones podemos sentir que la gente que nos rodea no comprende el dolor y la angustia vivida frente a la muerte del bebé.

Falsos mitos alrededor del duelo
“Expresar tu dolor te hará daño”

La expresión de dolor no te hará más daño del que te hará ocultarlo. El dolor forma parte del proceso, y sentirlo y expresarlo serán tareas implícitas en el duelo.

“El primer año es el peor”

No es así, en muchas ocasiones en el segundo año se produce una gran bajada. Este “volver atrás” o “retroceso” no significa empeoramiento, forma parte del proceso natural de mejora hacia el futuro, y es señal de salida del shock.

“El dolor es una señal inadecuada y de debilidad” 

El dolor es necesario e intrínseco a la dureza de la pérdida.

“Expresar tu dolor hace daño a los demás” 

No es cierto ya que, en ocasiones, expresar el dolor da también permiso al otro para expresar el suyo, al encontrarse con el dolor ajeno y empatizar con él/ella. En este mito habrá una excepción, y será la de no expresar el dolor de manera desbordada delante de niños/as o adolescentes por encima del suyo. Es decir, evitaremos desbordarnos delante de ellos ya que, para los menores, los adultos son considerados como figuras de referencia, que deben encontrarse en una posición más fuerte, para poder sostenerlos emocionalmente. Si el adulto no puede sostener al menor, generará sentimientos de inestabilidad e, incluso, obligará al menor a que sea quién ofrezca los cuidados al adulto. Se puede compartir el dolor con los más pequeños pero se debe evitar en momentos en los que no sea controlado.

“Tienes que deshacerte de los objetos significativos del bebé”

No es verdad que sea bueno desprenderse de todo esto rápidamente, al contrario. Hay personas que deciden tenerlo durante años. No hay una norma. En algunos casos, la persona se deshace de los objetos significativos y, con el tiempo, se arrepiente de haberlo hecho de forma apresurada.

Reacciones comunes al duelo

El duelo podrá dar lugar a diferentes reacciones en la persona doliente del tipo de malestar físico, sentimientos diferentes o confusos, pensamientos molestos que no desaparecen o incapacidad para funcionar normalmente.

Reacciones físicas

Pueden aparecer durante el duelo: vacío en el estómago, opresión en el pecho, opresión en la garganta, hipersensibilidad al ruido, falta de aire, debilidad muscular, falta de energía, sequedad de boca, etc.

Para descartar problemas físicos no relacionados con el duelo, consulta con tu médico si algunas reacciones se mantienen en el tiempo. 

Reacciones emocionales frecuentes

La tristeza suele expresarse a través del llanto, enfado o frustración, falta de control y negación frente a lo acontecido, culpa y autorreproche (sentimientos de culpa por creer no haber hecho lo suficiente). Normalmente, los sentimientos de culpa son de naturaleza irracional y se mitigan confrontando la realidad. Puede haber sentimientos relacionados con el miedo y la ansiedad, si persiste en el tiempo es significativo de un duelo patológico. También fatiga o apatía, estado de shock (se desarrolla con más frecuencia en muertes repentinas, pero también en las esperadas) incluso alivio si el proceso médico ha sido largo o doloroso, o insensibilidad (se produce un bloqueo emocional). Este mecanismo protege frente a la inestabilidad que provocaría la conciencia de los sentimientos provocados por la pérdida.

Reacciones cognitivas-pensamientos

Incredulidad o negación (son los primeros pensamientos que aparecen: “No ha pasado”, “No puedo creerme que haya pasado esto”), confusión con dificultad para ordenar pensamientos y para la toma de decisiones, pensamientos relacionados con la preocupación de qué vendrá. También se asocian pensamientos repetitivos sobre recuperar al bebé, o experiencias ilusorias pasajeras, en ocasiones es habitual sentir su presencia.

Tareas del duelo
Asumir la realidad de la pérdida

El momento de shock implica una serie de elementos que ya sabemos: sentimientos de confusión, sentimientos de irrealidad, desbordamiento emocional o cognitivo (pensamientos) y repercusiones físicas.

Elaborar las emociones relacionadas con el duelo

El dolor define la experiencia emocional tras una herida y es definitorio en el duelo. Recordamos que todas las reacciones emocionales son adaptativas y necesarias.

Aprender a vivir con la pérdida. Adaptación al día a día 

Es la etapa más compleja. Supone la redefinición de nuestra identidad. Evaluamos la relación con nuestra pérdida, qué perdí de mí con ella. En esta tarea el doliente tendrá que identificar los roles perdidos, y si los hubiera, los nuevos roles que deberá asumir.

Recolocar emocionalmente la vivencia. Seguir viviendo 

No significa olvidar a nuestro ser tan querido, sino poder convivir con el pasado para poder vivir en el presente. Este paso no puede realizarse sin haber hecho las tareas anteriores (asumir la realidad, elaborar emociones, adaptación al día a día). 

Durante el proceso del duelo nuestro entorno nos dará consejos. En ocasiones, estos consejos están muy orientados a presionarte. Que te recuperes bien, que sigas adelante sin hacer demasiado ruido y rápido. Está bien escuchar estos consejos de gente bienintencionada, como los que estamos dando aquí, pero el proceso es individual para cada persona.

Escucha a todo el mundo, mira al consejo desde tus emociones y pensamientos y haz lo que creas que es bueno para ti. Es importante que cada uno pueda hacer lo que sienta que es correcto en cada momento

Pautas prácticas para las personas en duelo
¿Qué podemos hacer?
  • No tener la mirada demasiado puesta en el futuro
  • Poner la mirada en el día de hoy
  • Actividad física: andar, tomar el sol, buenos paseos por la naturaleza
  • Actividades que te anclen a la realidad y al día a día: cocinar, recoger la casa, hacer la compra, cuidar a las personas que quedan, cuidados a las mascotas de la casa
  • Hacer una lista de personas de emergencia que puedan acudir por si te sientes desbordado/a. Personas que sean capaces de contener, de escuchar…
¿Cuándo debería buscar ayuda?

Aunque en el proceso del duelo el dolor, la angustia y otro tipo de trastornos no tienen nada de “anormal”, hay algunos síntomas que indican que debe consultar a un profesional:

  • Intensos sentimientos de culpa
  • Pensamientos de suicidio
  • Desesperación extrema
  • Inquietud o depresión prolongada, sensación de estar “atrapado” o ralentizado durante varios meses
  • Síntomas físicos: pérdida sustancial de peso, dolor agudo en el pecho
  • Ira incontrolada que hace tender al aislamiento
  • Dificultades continuadas de funcionamiento en el trabajo o en las tareas de la vida cotidiana
  • Abuso de sustancias para eliminar el dolor de la pérdida

En caso de identificar estos síntomas, consulte a un profesional especializado en duelo que pueda apoyarte y acompañarte en el proceso.

El papel de la familia y seres queridos

Es importante saber que no todos los miembros de la familia realizarán las tareas al mismo tiempo ni en el mismo orden. Si es precisa la ayuda terapéutica, es conveniente trabajar en familia. 

El papel de la familia no nuclear del bebé (abuelos/as, tíos/as, primos/as), además de doliente, también será de acompañante, al igual que los amigos/as más queridos/as. Todos constituyen un apoyo de gran valor y fuente de alivio.

¿Qué podemos hacer como acompañantes?
  • Animar a la persona a aceptar las reacciones del duelo como parte necesaria y adaptativa de este proceso. Cualquier pensamiento, emoción o reacción física es absolutamente normal.
  • Abrir las puertas a la comunicación. Haz preguntas abiertas. Si no sabes qué decir, pregunta: “¿cómo estás hoy?” o “he estado pensando en ti. ¿Cómo te está yendo?” Recomendar al doliente no tomar decisiones importantes que no tengan retorno (económicas, laboral, relacionales).
  • Escuchar, acoger, dar apoyo, permanecer en silencio…acompañar.
  • Ofrecer ayudas concretas y tomar la iniciativa de llamar a la persona. Por ejemplo, cuidar alguna noche de otro hijo/a, ayudar con algunos trámites, etc.
  • Hablar de nuestras propias pérdidas y de cómo nos adaptamos a ellas.
Manejo de la lactancia después de la muerte de un hijo/a

La vivencia de una muerte gestacional o neonatal es una experiencia traumática, a estos sentimientos se suma que la madre sentirá que su pecho produce leche para un bebé que ya no está. Queremos informarte sobre las posibles opciones de lactancia materna en esta circunstancia.

Ayuda adicional de inhibición de la lactancia
  • Actualmente el fármaco utilizado para inhibir la lactancia es la cabergolina. Incluso si se administra un tratamiento para frenar la producción de leche, pueden ser necesarias las extracciones para aliviar la presión y molestias en el pecho.
  • Pueden ser necesarias las extracciones.
  • Evita y alivia la congestión mamaria.
  • No vendar el pecho. Puede causar ingurgitación dolorosa, mastitis o abscesos mamarios.
  • No bebas menos líquidos, debido al riesgo de ingurgitación.
  • Favorecer el flujo de leche, ducha o baño caliente asociado a extracción manual con masaje desde el tórax hacia el pezón.
  • Las compresas frías pueden aliviar la congestión después de una extracción.
  • Alivio sintomático del dolor con antiinflamatorios (ej. ibuprofeno).
Inhibición fisiológica y gradual

Puede llevar días o semanas realizar las extracciones. Las extracciones se pueden espaciar gradualmente. Sólo extráete la cantidad necesaria para dejar de sentir molestias sin un vaciado completo del pecho. De esta forma, la leche residual que queda en la mama hace que se inhiba la producción de leche. Las extracciones se van espaciando hasta que sólo sea necesaria una.

Mantenimiento de extracción

Algunas madres prefieren seguir extrayéndose porque para ellas es una forma de mantener una conexión con su bebé que ya no está. Para otras madres, ayudar a otros bebés con su leche donada les hace aliviar su propio dolor y facilita la elaboración del duelo.

Donación de la leche al banco regional

Puedes donar tu leche al Banco de Leche Humana. No te sientas presionada a donar tu leche. En España, la Asociación Española de Bancos de Leche apoya la donación de leche tras la muerte gestacional o neonatal, y recientemente ha publicado un folleto sobre “Manejo de la lactancia tras la muerte de tu hijo” que se puede descargar desde su página en el siguiente enlace: https://www.comunidad.madrid/hospital/12octubre/file/3440/download?token=YbU0-ow8

La entrega de leche podrá realizarse en el propio Banco Regional o utilizando el sistema de recogida domiciliaria.

Apoyo psicológico